viernes, 4 de enero de 2019

Nanael, el Ángel que fortalece nuestro intelecto





Atributo: Dios que hace caer a los orgullosos.
Planeta: Mercurio.
Coro Angélico: Arcángeles.
Sefiráh: Hod.
Horario de regencia: de 17: 20 a 17:40 horas.
Días de regencia: 10 de mayo, 21 de julio, 4 de octubre, 15 de diciembre

Nanael


¿Para qué se le invoca?

·         Tener inspiración y apoyo material para grandes realizaciones.
·         Nuestro rejuvenecimiento físico e intelectual a través de alivianar patrones negativos.

Los nacidos bajo su regencia

Se distinguirán por conocer las ciencias exactas, amará la vida tranquila, la paz, la meditación. Su luz es trascendente y atrás de esta deja ver su inocencia y verdad. Podrá tener vocación religiosa o metafísica. Digno de confianza, nunca acomete una acción imprudente o interesada. Tiene relacionamientos sólidos y es el amigo que todos quisieran tener. Dotado de gran afectividad vive en función del amor y todo lo bello lo conmueve. Por ser tradicionalista da mucha importancia al casamiento y los hijos. Sabe controlar sus instintos sin reprimirlos. Su inteligencia se desenvuelve más por experiencias que por estudios. Podrá tener problemas de salud en la infancia o adolescencia pero a pesar de su fragilidad física posee un espíritu extremadamente ágil y guerrero y sabe disfrutar de las buenas cosas de la vida.

Nanael


Cita bíblica

Señor, yo sé que tus juicios son justos,
y que con justa razón me afliges.

Salmo 119:75

Nanael: “la luz de la meditación”


La familia de Nanael era humilde y muy pobre. Su padre aunque trabajaba de sol a sol sin desfallecer, apenas si ganaba para alimentar a sus doce hijos, y a pesar de ello, nadie se quejaba, bueno excepto uno, puesto que Nanael soñaba con ser alguien famoso, influyente y poderoso.

Ignorando los muchos esfuerzos que sus padres hacían para poder sobrevivir, su orgullo le llevo a despreciar aquel modo tan humillante de vivir, y decidió abandonar su hogar y salir en busca del prestigio y de riquezas.

Siempre había querido ser un gran mago y había oído que en la Ciudad Sagrada admitían a aprendices que buscaban dominar la Alta Magia. Así que dirigió sus pasos hacia donde nacía el Sol. Allí le aguardaba su destino.

Tras cuatro días de camino, nuestro joven protagonista logró llegar hasta las puertas de la Gran Ciudad. Un silencio armonioso le sobrecogió. Estaba ante la entrada y ya podía respirar el particular aroma del Misterio. Dos

Querubines custodiaban con espadas flameantes el acceso al Santuario.

Nanael tras recuperar su aliento, quiso penetrar en su interior, pero una voz paro en seco sus pasos.

– ¿A dónde crees que vas extranjero? -le interrogo uno de los Querubines mientras le apuntaba con su espada -.

– No soy extranjero, vivo a…

No pudo seguir hablando el joven, pues fue bruscamente interrumpido por el Querubín.

– ¡Calla insolente! Todo el que Es, no Es. Y todo aquel que no Es, Es.

Nanael un poco asustado no entendía aquel juego de palabras. Pensó que sería un enigma y dirigiéndose al Guardián del Templo, le dijo:

– ¿Acaso es un misterio que debo resolver?

– Así es muchacho. Medita, medita, y cuando tengas la respuesta llama de nuevo -le ordeno el Querubín -.

El osado joven se sintió muy desilusionado. Nunca había pensado que fuera tan complicado ser mano, y menos aún aprendiz de mago.

Meditar, ¿acaso tenía paciencia para meditar? Si estuviera allí su padre, el sí sabría cómo hacerlo. Siempre le aconsejaba lo mismo:

– Hijo mío, cuando siembras la semilla de un árbol hay que tener paciencia hasta que dé sus frutos. Observa como la semilla se protege en la tierra y satisfecha crece poco a poco con el afán de dar al final sus frutos, esos apetitosos y dulces frutos que nos alimentan.

Cuánta razón tenía su padre. Ahora él estaba solo y debía tener paciencia.

Busco un lugar donde poder meditar y se entregó a ello en cuerpo y alma. Al principio se irritaba, pues su mente era como un avispero rabioso. Sus ideas revoleteaban sin sentido en su cabeza, pero aquel silencio armonioso fue penetrando lentamente en su interior y sin saber cómo, una luz emergió de él.

“El que Es, no Es, y todo aquel que no Es, Es”.

Aquel mensaje tomo forma en su mente y dejo que fluyera libremente.

No quería que aquella luz se apagara, y pensó en la luz. En ese momento todo se convirtió en una luz intensa, y de repente la respuesta apareció milagrosamente. Era el espíritu. Esa era la respuesta. El espíritu, por eso él era extranjero. El Eterno, no es extranjero y sin embargo, al ser invisible, no Es, pero al no ser de este mundo, Es habitante del Templo.

Las puertas del Santuario se abrieron para Nanael, pero el joven pidió a los Querubines que las cerrasen de nuevo, pues comprendió que debía volver a su hogar donde tenía una labor que hacer.

De sus ojos se había desprendido la venda de orgullo que hasta ahora le había cegado, pero la luz había abierto ante el un hermoso camino.

Fin.

Habuhiah, el Ángel que protege nuestra salud





Atributo: Dios generoso.
Planeta: Luna.
Coro Angélico: Guardianes.
Sefiráh: Yesod.
Horario de regencia: de 22:20 a 21:40 horas.
Días de regencia: 29 de febrero, 13 de marzo, 25 de mayo, 5 de agosto, 19 de octubre, 31 de diciembre

Habuhiah


¿Para qué se le invoca?

·         Tener fertilidad en la tierra.
·         Tener fertilidad en las parejas.
·         Proteger la salud y tener curación en general.

Los nacidos bajo su regencia

Los nacidos bajo su regencia tienen clase, son elegantes, nobles y altruistas en sus relacionamientos, debido a su dominio espíritu-instinto. Su buen astral es contagioso, es poderoso, inteligente y con profunda capacidad de análisis. Consigue catalogar aquello que llega a sus manos descartando lo que no le interesa. Su conducta honesta será una protección contra los problemas y las influencias negativas. Muchas veces pensará que las puertas se les cierran, pero por cada puerta cerrada los ángeles le abrirán muchas otras. Entregará a Dios su futuro con total confianza y seguridad. Cae bien donde sea que esté. Su espíritu material ayudará a otros a veces de forma ingenua. Y es necesario para que pueda cumplir bien su camino que armonice las relaciones con los más próximos a él, tratando de no dejar ningún rencor. Está dotado también de protección de elementos, especialmente los de tierra y quizás por esto pueda tener una necesidad de vivir en el campo donde su inteligencia se manifestará, obteniendo mejores ideas.

Habuhiah


Cita bíblica

¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!
Den gracias al Señor, porque él es bueno;
su gran amor perdura para siempre.

Salmo 106:1

Habuhiah: “pagando deudas”


Los habitantes de la comarca de Lumar se sentían muy orgullosos de ser propietarios de aquellas fértiles tierras.

Nadie había visto jamás campos tan ricos y fecundos como aquellos.

Los mejores y más gustosos frutos crecían en los arboles de aquella región, y ninguna otra cosecha podía compararse a la que se recogía cada año en aquellas tierras.

Eran verdaderos artesanos de la agricultura. Amaban profundamente el campo y los espacios libre donde gozaban de la gratitud que le otorgaba la naturaleza.

La salud y el bienestar era compartido por todos y aquella felicidad era para muchos una recompensa Divina.

En los jardines de palacio crecían y exhalaban las más bellas flores, y en ellos, pasaba las templadas tardes primaverales la hermosa princesa Violeta, que se embriagaba con la suave brisa de aquellas seductores aromas.

Sin embargo, en el Libro del Destino había una cuenta pendiente que Lumar y sus habitantes debían pagar, y había llegado la hora de hacerlo.

Cierto día, al atardecer, cuando el Sol cedía cortésmente su hegemonía en el firmamento a su amada Luna, una espesa nube cubrió por completo el cielo impidiendo que sus nítidos rayos llegasen a la tierra. La oscuridad llego antes de tiempo y aquel hecho llamo la atención de los expertos conocedores de los símbolos de la naturaleza.

– Debe ser una nube de polvo -replico uno de ellos -.

– Tal vez sea una bandada de pájaros, en este tiempo suelen emigrar de otras tierras -expreso un segundo -.

Pero no tardarían en salir de aquella incertidumbre, pues aquel extraño ruido vino a disipar sus dudas. Eran langostas, una terrible plaga de langostas. Eran tantas que habían oscurecido la tenue luz del Sol.

Aquello tan solo podía significar una sola cosa, la devastación. No podían creerlo. Tantos esfuerzos, tantos sacrificios, para que en pocas horas todo quedase destruido por aquellos parásitos hambrientos.

Pero a pesar de sus muchos talentos, nadie pudo evitar que Lumar la comarca más rica y prospera de cuantas se habían conocido, se convirtiera en un desolador desierto.

Al menos ellos sobrevivieron a aquella masacre, pero ¿durante cuánto tiempo? Habían perdido todo cuanto tenían. ¿De qué se alimentarían?

En poco tiempo aquellas preguntas encontraron respuestas. El hambre estaba azotando a aquel pueblo y ya eran muchos los hombres, mujeres y niños que estaban enfermos.

El rey de Lumar también sufrió en sus carnes aquella tragedia, su hija, la princesa, estaba muy enferma.

Tan solo les quedaba una única esperanza, consultar con el sabio Habuhiah, el conocía todos los secretos de la naturaleza.

– ¿Cuál es la causa de esta desdicha sabio anciano? -pregunto con amargura el rey -.

– Cada fruto tiene un árbol y cada árbol un tronco. Cada tronco una raíz y cada raíz una semilla -contesto el anciano -.

– ¿Qué queréis decir con ello, sabio Habuhiah?

– Debéis saber que esta devastación es solo el fruto, un fruto que hace mucho tiempo fue sembrado por vosotros en otra vida. Vosotros lo habéis olvidado pero en la memoria de la naturaleza todo está escrito, y yo la estoy leyendo. Es el pago por vuestra pasada ambición. Desolasteis las tierras de otros pueblos, pues erais un pueblo guerrero. Ahora debéis dar vida a los campos, pero debéis conocer el dolor que se siente cuando los esfuerzos se hacen vanos. A partir de ahora podréis trabajar de nuevo las tierras, vuestra deuda está pagada. Id tranquilos, pues vuestra hija al igual que los demás se salvara. Pero hacedle saber cuál fue su pasado mal, para que ninguno de ellos vuelva a errar.

Desde aquel día, el pueblo de Lumar trabajo con una nueva ilusión, pues sabían que el futuro estaba en sus manos y en este, tan solo había amor por la tierra y por cuantos habitaban en ella.

Fin.

Eyael, el Ángel que nos ayuda a ampliar la conciencia y la percepción





Atributo: Dios alegría de los hombres.
Planeta: Luna.
Coro Angélico: Guardianes.
Sefiráh: Yesod.
Horario de regencia: de 22 a 22:20 horas.
Días de regencia: 12 de marzo, 24 de mayo, 4 de agosto, 18 de octubre, 30 de diciembre

Eyael


¿Para qué se le invoca?

·         Tener consuelo en las adversidades e injusticias.
·         Ayudarnos en la preservación de los bienes materiales obtenidos por trabajo.
·         Tener concentración en el estudio de filosofía mística y religión.
·         Ampliar la conciencia y la percepción.
·         Ayudarnos en los cambios emocionales.

Los nacidos bajo su regencia

El que nace bajo este ángel estará iluminado por el espíritu de Dios. Tendrá solidez en los emprendimientos, se destacará en los estudios y búsqueda en las altas ciencias esotéricas en especial al Cábala y la Astrología. Influyente y confiable, no aprueba la duplicidad de opiniones o la deshonestidad. Transformará todos sus sueños en proyectos y realizaciones ya que nada traspasa el límite de sus posibilidades no es  una persona interesada (en el sentido malo) pero le gustan las demostraciones de afecto, dedicará gran atención a su familia y nunca deja una tarea sin terminar para otros. Su salud será favorecida porque nunca cometerá excesos. Entendiendo que el cuerpo es el templo del alma.

Eyael


Cita bíblica

Deléitate en el Señor,
y él te concederá los deseos de tu *corazón.

Salmo 37:4

Eyael: “el pacto del fuego y el agua”


40 años de adversidad habían sido suficientes para arrasar y empobrecer la región que un día gozo de una gran riqueza y prosperidad. Nadie hubiese dicho, tras contemplar tan desolador paisaje, que Lujup había sido tierra de reyes y de poder.

Lo único que parecía conservarse aun intacto y que había sobrevivido milagrosamente a aquellos desconsoladores años, era una alta torre donde se decía habitaban los Doce Ancianos, hombres sabios cuya misión era mantener el equilibrio en el Universo.

Sin embargo, su labor había fracasado, Lujup difícilmente podía ser una tierra donde se respirase armonía y paz.

Todo lo contrario, había sido durante 40 años, el escenario donde un gran pueblo que un día fue uno, se había dividido, pero no sin antes destruir con guerras tras guerras todo cuanto habían creado y amado.

Todo comenzó un día en el que el príncipe Hesed decidió buscar una esposa. Pero aquel deseo que no presentaba ningún contratiempo para sus padres, si lo sería muy pronto, puesto que el príncipe anuncio que no estaba dispuesto a desposarse como la costumbre establecía. No amaba a Yesod, la princesa con la que debía unirse, pues así lo acordaban los lazos reales.

– Yo amo a la princesa Netzah. Sé que es más joven pero mi corazón le pertenece a ella -suplicaba el apuesto príncipe a su padre -.

– Pero hijo mío, sabes muy bien que si te desposas con la princesa Netzah y rechazas a Yesod, estarás violando los acuerdos.

– Si no es con la dulce Netzah, no me desposo -dijo definitivamente el príncipe Hesed -.

Su padre conocía muy bien a su hijo y sabía que nada ni nadie le haría cambiar de manera de pensar, y armado de valor expuso en el gran consejo la decisión del príncipe.

Ya os podéis imaginar lo que ocurrió. El padre de la princesa Yesod se sintió humillado y pidió la guerra. Nada pudo evitar que desde entonces Lujup se dividiera en dos reinos.

40 años de luchas no habían sido suficientes para poner fin a las disputas que mantenían el reino del Fuego y el reino del Agua.

Unos tenían el poder de crear la semilla dadora de vida, sin embargo, el reino de Fuego no lograba hacer crecer esa semilla si le faltaba el Agua, cuyo poder era el de fecundar. Se necesitaban los unos a los otros, pero ninguno de los dos estaba dispuestos a renunciar.

Cierto día, un errante viajero llamo a las puertas del Santuario donde habitaban los Doce Ancianos, y tras dar su nombre las puertas se abrieron.

Todos quedaron muy sorprendido, pues a nadie le estaba permitido entrar en el Templo.

Durante tres días y tres noches estuvo el extranjero hablando con los Ancianos, y al llegar al cuarto, pidió reunirse con el rey de las tierras de Fuego y con el rey de las tierras de Agua.

Dijo llamarse Eyael y ser un sabio Astrólogo que un día hablando con las estrellas recibió la misión de dirigir sus pasos hasta aquellas tierras con el propósito de devolverle su don.

– Que vuestros hijos se unan por amor -dijo a albos reyes -.Que el Fuego se acomode en el Agua y que esta le dé su bendición.

Y cuando así lo hicieron, ambos reinos se fundieron en uno y recuperaron su don: el Poder Creador Fecundador.

La vida floreció y creció. Todo se multiplicaba con alegría. Lujup volvió a ser aquella tierra donde todos experimentarían de nuevo el poder de la riqueza, de la prosperidad y sobre todo de la sabiduría.

Fin.

Manakel, el Ángel que calma la cólera de las personas





Atributo: Dios que mantiene las cosas.
Planeta: Luna.
Coro Angélico: Guardianes.
Sefiráh: Yesod.
Horario de regencia: de 21:40 a 22 horas.
Días de regencia: 11 de marzo, 23 de mayo, 3 de agosto, 17 de octubre, 29 de diciembre

Manakel


¿Para qué se le invoca?

·         Calmar la cólera.
·         Proteger el sueño y combatir el insomnio.
·         Darnos inspiración para la música y la poesía.

Los nacidos bajo su regencia

Los nacidos bajo esta influencia reúnen las más bellas cualidades del alma y la personalidad. Será conocido por su óptimo carácter, por su amabilidad y bondad. Soportará todos los problemas sin reclamar, es un eterno luchador y será un estímulo positivo para cada uno y para la comunidad. Su lema es vencer y otro lema es el significado: solo tienen miedo de morir aquellos que no saben vivir. Conseguirá desarrollar su fuerte poder de captación y observación que aplicará en todas situaciones. Siempre traza planes optimistas y lógicos, no midiendo esfuerzos para realizarlos. Estará siempre bien con todas las personas, pero no consigue nunca esconder sus sentimientos.

Manakel


Cita bíblica

Señor, no me abandones;
Dios mío, no te alejes de mí.

Salmo 38:21

Manakel: “conociendo el bien y el mal”


Aquel día, sería diferente a los demás. La fiesta que daba Lusar para celebrar su cumpleaños reuniría a todos los chicos y chicas del barrio. Acababa de mudarse de casa, y apenas si había tenido la oportunidad de hacer amigos, por lo que pensó que lo de la fiesta sería una buena excusa para ello.

Y llego la hora del encuentro. Poco a poco fue recibiendo la visita de los que pronto serían sus nuevos amigos. Entre ellos se encontraba Manakel un joven amable y bondadoso que era muy querido por todos y cuya fama de glotón le precedía. Así se lo presentaron a Lusar:

– Este de aquí es Manakel, es buen chico pero cuidado con él, porque acaba con todo lo que se puede digerir.

Lusar miro a Manakel y comprobó por su físico que en nada exageraba, pues aquella obesidad no se conseguía alimentándose del aire.

Sin embargo, y aunque Manakel les seguía la corriente en aquellas bromas, en su interior se debatía en fuertes luchas. Su conciencia le advertía que si abusaba de los alimentos su organismo no lo soportarla, tendría una indigestión y enfermaría.

Aquella era la voz de su conciencia, pero había otra voz que le hablaba, era la de sus instintos. ¡Oh Dios mío! qué bueno estaba todo, le decía seduciéndole para que cayese en la tentación de seguir comiendo.

Sin duda, ninguno de sus amigos se percibía del sufrimiento que Manakel llevaba por dentro.

En la fiesta no faltaba de nada. La comida era abundante y todo estaba exquisito. Así se lo parecía a Manakel, que una vez las cedió a la voz de sus instintos y se dio un atracón de miedo.

Cuando todo termino, cada uno se dirigió a su casa, pues se hizo un poco tarde. Pero no todos lo hicieron así.

Manakel se sentía tan culpable por lo que habla hecho que no se atrevía a regresar a casa.

Deseaba estar solo. No podía salpicar a los demás con el odio que sentía hacia sí mismo. Una fuerte agresividad se concentraba en su pecho y un fuego muy intenso le quemaba el estómago.

¡Dios mío!, que mal se sentía. Sin duda Dios le estaba castigando por no obedecerle, y ahora se estaba muriendo.

Debía ir a casa, no quería morir sin despedirse de su familia.

La verdad es que no se estaba muriendo, ni Dios le estaba castigando, pero se sentía tan culpable por haber desobedecido la voz de su conciencia que le advertía de que estaba obrando mal, que ahora deseaba estar muerto para acallarla.

Llego a su casa y se sintió un poco mejor al ver a su familia. Estaba tan avergonzado que no podía ni mirar directamente a la cara de sus padres, y por ello decidió ir a la cama.

Busco en el sueño la solución de su problema, pero pasaban las horas en el reloj y no podía pegar ojo. Los remordimientos de conciencia no les permitían sentirse en paz consigo mismo, y aquello le producía insomnio, no podía dormir.

Toda la noche la paso en vela, y cuando el alba ya anunciaba un nuevo día, el cansancio le abatió llevándole a un profundo sueño. Pero incluso en este mundo, la paz le fue negada, puesto que tuvo una terrible pesadilla. Se encontró con Dios que estaba muy enfadado con él y le decía coléricamente:

– Veo que has traicionado el saber que he puesto en ti. Eres conocedor del bien y del mal, y lo violas caprichosamente. Si lo vuelves a hacer…

Entonces fue cuando Manakel se levantó sobresaltado y sudoroso. La cólera de Dios era terrible. No podía fallarle.

Aquel sueño jamás lo olvidaría, y desde entonces el joven logro vencer la voz de los instintos, y siempre se dejaba llevar por la voz de su conciencia. Ahora sabía escoger entre el bien y el mal.

Fin.

Damabiah, el Ángel que nos da sabiduría y nos lleva al éxito





Atributo: Dios Fuente de sabiduría.
Planeta: Luna.
Coro Angélico: Guardianes.
Sefiráh: Yesod.
Horario de regencia: de 21:20 a 21:40 horas.
Días de regencia: 10 de marzo, 22 de mayo, 2 de agosto, 16 de octubre, 28 de diciembre

Damabiah


¿Para qué se le invoca?

·         Darnos sabiduría y éxito en los negocios.
·         Protegernos en viajes por mar.

Los nacidos bajo su regencia

El que nace bajo su influencia tendrá una fortuna considerable y se destacará en el medio en que vive por sus descubrimientos útiles. Podrá ser llamado aventurero por vivir la vida de forma profunda.  Generoso, noble, poseedor de un espíritu elevadísimo, tendrá enorme posibilidad de éxito. Con su pensamiento positivo podrá quebrar cualquier tipo de maleficio, tendrá ayuda financiera en su búsqueda o expediciones que se pueden tomar históricas. Estará siempre cambiando de ciudad sin programar nada demasiado, dejando que las cosas sucedan por medio de la sorpresa. Estará siempre involucrado en situaciones sentimentales múltiples. Adora la libertad y no soporta los relacionamientos tipo prisión, fiel a sus ideales, jamás hará sufrir a nadie por sus egoísmos o sacar ventaja de una persona indefensa.

Damabiah


Cita bíblica

El Señor observa desde el cielo
y ve a toda la humanidad;

Salmo 33:13

Damabiah: “la fuente de la sabiduría”


Aquella calma, aquella inactividad, estaba poniéndole enfermo. No era el hombre que supiera estar con los brazos cruzados cuando había tanto mundo por conocer.

Eran los pensamientos que manten1an aun despierto al joven Damabiah, a pesar de estar bien entrada la noche.

Sentado en la cubierta de aquel navío en el que tan buenas aventuras había vivido, nuestro amigo hablaba en voz alta como si las estrellas -sus únicas compañeras -, fuesen a oírle.

La silueta de la Luna se reflejaba nítidamente en las tranquilas aguas del mar. Estaba hermosa e imitaba la grandeza de su amado Sol, vistiendo sus ropajes más bellos. Estaba llena y pletórica.

Quedo ensimismado, como hipnotizado por aquella luz, y de repente y sin saber cómo sucedió aquel hecho tan extraño, aquel rostro resplandeciente adquirió vida y le dijo:

-Damabiah, Damabiah, debes partir hacia horizontes lejanos en busca de la Fuente de la Sabidur1a.

El muchacho muy sorprendido se froto una y otra vez los ojos, pues pensó que debía ser víctima de algún encantamiento. Pero por mucho que lo intentaba, el rostro sonriente de la Luna adquiría cada vez más brillo.

– No puedo creer lo que ven mis ojos -grito un tanto asustado el joven -. Dime, ¿que eres, una ilusión que va a desaparecer cuando abra de nuevo los ojos?

– Si no me crees, toma tu caña de pescar y lanza el anzuelo hacia donde yo estoy- le invito la Luna -.

Damabiah obedeció las instrucciones y lanzo el sedal con fuerza haciendo que el anzuelo llegase justo donde se encontraba aquel reflejo. Pronto noto como algo había picado y tiro con coraje, pues temía que se le escapase. El anzuelo había atrapado un pequeño cofre. ¿Qué misterioso era todo aquello?

Tomo el joven con cierto nerviosismo el cofre y lo abrió. En su interior encontró un trozo de papel muy antiguo y en él un mapa dibujado. Era el mapa que debía guiarle hasta la isla donde debía encontrar la Fuente de la Sabiduría.

Ahora si creía, y cuando fue a darle las gracias a la Luna, su rostro ya se reflejaba en el agua, había continuado su camino en el firmamento.

Al día siguiente Damabiah recluto a 40 hombres, fuertes y bregados pescadores que al igual que el sentían un especial amor por la aventura. Les prometió un tesoro muy valioso si lograban llegar hasta la isla de Yeshoch.

Con la subida de la marea partieron rumbo a recorrer los 6 puntos cardinales. Ningún obstáculo impedirá lograr su objetivo.

Y aunque su valor era evidente, muchos de los tripulantes dudarían de el en aquel atardecer.

Una terrible tormenta se desencadeno en pocos minutos. El viento era un ciclón y amenazaba con mandarles al fondo del mar si no arrasaba pronto.

Los marineros que eran muy supersticiosos murmuraban entre sí que alguien les había hecho sin sortilegio y había despertado la furia de los espíritus infernales del mar. Aquel temor se fue extendiendo entre los demás y tuvo que intervenir Damabiah para evitar que el pánico se hiciese colectivo.

– Sacad el miedo de vuestras mentes y que hierva la sangre en vuestras venas. ¡Vamos!, tenemos que vencer nuestras debilidades y la tempestad desaparecerá.

Y así fue, cuando aquellos marinos lograron poner orden en su interior, el temporal amaino, y la calma volvió a reinar.

A la mañana siguiente avistaron tierra. Habían llegado a su destino. En la isla de Yeshoch encontraron una verdadera Fuente de Sabidur1a y muchos quedaron en aquella isla para siempre. En cambio otros prefirieron volver cargados de tesoros y riquezas para comprar con ellas nuevas tierras.

Al final, tanto unos como otros lograron encontrar la felicidad.

Fin.

Destacado

Los Ángeles NO tienen una apariencia definida