Atributo: Dios que muestra la verdad.
Planeta: Sol.
Coro Angélico: Principados.
Sefiráh: Tiferet.
Horario de regencia: de 15: 20 a 1 5:40 horas.
Días
de regencia: 21 de febrero, 4 de mayo, 15 de julio, 28 de septiembre, 9 de
diciembre
¿Para qué se le invoca?
·
Que nos conceda protección contra escándalos e inmoralidades.
·
Que la verdad brille en situaciones ocultas y para que nos guíe
hacia un comportamiento adecuado.
·
Comprender las cosas divinas representadas en la naturaleza.
Los nacidos bajo su regencia
Quien nace bajo su regencia será dulce, tierno y tendrá carácter
agradable y se destacará su carisma. Es justo por excelencia, incorruptible y
de fe elevada. La verdad será una constante en sus actitudes, es extremadamente
dinámico viviendo su día a día aprovechando cada segundo para la realización
de cada idea que surge. Irá más allá de sus propias fuerzas, pero sin agotarse.
Es elegante y firme y tiene un gran autocontrol. Estará sujeto a sacrificios en
pos de sus ideales. Su aura de sabiduría se verifica como señal en su frente.
No le agradan las confusiones, principalmente las de orden sentimental. Es
orgulloso sin ser snob y acepta sinceramente las doctrinas de otras personas.
Estará siempre cambiando la forma sin alterar la esencia divina.
Cita bíblica
Oh Señor, ¡cuán
imponentes son tus obras,
y cuán profundos tus
pensamientos!
Salmo 92:5
Asaliah: “vida más
allá de la muerte”
Cuando todos los niños se divertían jugando entre ellos,
raramente podríamos encontrar a Asaliah en el grupo participando del juego.
Había algo que le interesaba mucho más que aquellos
entretenimientos infantiles, al menos así lo veía el que no contaba mayor edad
que sus compañeros.
En aquellos momentos, al joven lo único que le preocupaba era
atrapar algún saltamontes o incluso algún ratón para someterlo a sus
investigaciones científicas.
Si, ya saben a qué dedica su tiempo libre el extravagante
Asaliah. Su mayor ilusión era conocer el porqué de las cosas, y en aquel día se
preguntó porque el saltamontes era verde y saltaba con tanta facilidad.
Con un cuchillo muy afilado le abrió en dos partes y cuál fue su
alegría al encontrar que aquellas partículas verdes que hallo en su interior
debían ser la razón por la que el saltamontes era verde.
En verdad lo que habla descubierto eran los restos de comida que
el pobre insecto había ingerido momentos antes de ser atrapado.
Con el paso de los años, Asaliah no cambio en absoluto, es más,
se había convertido en un joven muy inteligente que acababa de decidir que iba
a ser en el futuro médico, iba a ser un buen médico.
Durante los primeros años, Asaliah puso mucho interés en sus
estudios y gracias a ello fue obteniendo muy buenos resultados.
Había llegado el momento que siempre había esperado, las prácticas
de anatomía. Tenía la oportunidad de conocer que había en el interior del cuerpo
humano. Siempre había soñado con aquel momento.
Allí estaba, delante de un cuerpo sin vida. El profesor iba
explicando uno a uno los órganos, y Asaliah sin poder controlarse se anticipaba
a este, y antes de que dijera el nombre ya lo había hecho el.
Asaliah se sentía muy impresionado por todas aquellas
experiencias, pero aun lo estaría más cuando viviese los acontecimientos que le
aguardaban en aquella noche.
Acababa de abandonarse en manos de la dama del sueño, cuando de
repente se encontró en el hospital donde realizaba sus estudios. Junto a él un
extraño personaje, con el que parecía tener una misteriosa relación, le guiaba.
-Acércate Asaliah y observa -dijo su acompañante, al tiempo que
le señalaba unas escenas -.
Ante el joven apareció un hombre moribundo. Estaba muy enfermo y
acababa de parársele el corazón. Inmediatamente, acudieron el médico y las
enfermeras e intentaron reanimarle, pero no pudieron conseguirlo. En ese
momento, del cuerpo del recién fallecido surgió un cordón de luz, y poco a poco
esa luz adopto fuera del cuerpo sin vida, su misma imagen.
Asaliah entonces se dio cuenta que estaba en el mundo de los
muertos, y ante él se encontraba el espíritu del recién fallecido.
-¿Pero cómo puede ser esto? -pregunto a su acompañante -, yo nunca
pensé que la vida continuase tras la muerte.
-Sigue mirando Asaliah, observa y no pierdas detalles -volvió a
aconsejar su acompañante -.
El espíritu que acababa de salir del cuerpo del fallecido sintió
un profundo dolor. Asaliah quiso saber porque, y averiguo que estaban
practicándole una autopsia. Eso que tantas veces él había hecho a saltamontes y
ratones.
Aquel espíritu quedo privado de la posibilidad de aprender de
las experiencias que había vivido. De este modo era sentenciado a volver a
vivirlas.
Asaliah volvió a su cuerpo y se sintió agotado. Aquellas
vivencias le habían afectado tanto.
Aquel día en el instituto anatómico del hospital debía
participar en una autopsia, pero Asaliah no lo haría. Quiso convencer a los
profesores del error que estaban cometiendo, pero le tomaron por loco.
Desde entonces, el inteligente joven, se entregó a la defensa de
los derechos de los fallecidos y con su trabajo consiguió que aquellas prácticas
cesasen. Muchos espíritus se lo agradecerían de veras.
Fin.