Atributo: Dios que libera del mal.
Planeta: Urano.
Coro Angélico: Querubines.
Sefiráh: Jojmá.
Horario de regencia: de 7: 20 a 7: 40 horas.
Días
de regencia: 28 de enero, 11 de abril, 22 de junio, 4 de septiembre, 15 de
noviembre
¿Para qué se le invoca?
·
Realizar nuestros deseos.
·
Protección en actividades políticas y públicas.
·
Recibir abundancia por nuestro trabajo.
·
Protección contra armas y asaltos.
·
Potenciar el efecto de plantas medicinales.
Cita bíblica
El Señor te cuidará en
el hogar y en el camino,
desde ahora y para
siempre.
Salmo 121:8
Los nacidos bajo su regencia
Es absolutamente correcto, gusta de ver todo colocado en orden.
Nunca deja de lado lo que es su deber. Tiene dominio sobre la comunicación.
Expresa con claridad sus sentimientos, aunque a veces pueda ser tímido e
introvertido en un primer contacto. Tiene fuertes premoniciones. La filosofía
espiritual lo atrae. Pudiendo ser un iluminado. Será audaz, capaz de emprender
expediciones peligrosas y trabajos exóticos. Será ecologista activo, experto en
plantas curativas. Tendrá una extraordinaria intuición para conocer los
problemas de las personas y sus secretos más íntimos. Ayudándolos a resolverlos
con los secretos de las plantas. El cree que Dios está verdaderamente
presente en la naturaleza.
Melahel: “las plantas curativas”
Los padres de Ángel se encontraban ya al borde de la desesperación.
La enfermedad que padecía su único hijo les estaba consumiendo mentalmente.
Habían consultado a los mejore médicos de la ciudad y a pesar de
ello, su hijo no encontraba mejoría alguna. Ya no sabían que hacer, ni a dónde
acudir. Las pocas esperanzas que les quedaba estaba agonizando.
Su madre -mujer de profunda fe -, no dejaba de rogar a Dios por
la salud de su hijo. Veía que la vida se le escapaba y su impotencia al no
poder evitarlo la hacía sufrir profundamente.
Una mañana, llego inesperadamente al pueblo un viajero que por
su indumentaria llamo mucho la atención. Su único equipaje era un hatillo, pero
su contenido debía de ser de gran valor para el recién llegado, puesto que lo
custodiaba cuidadosamente.
Muy cerca de la plaza, donde habitualmente se reunían los
vecinos del pueblo. El viajero pudo oír una conversación que le causo una
extraña sensación.
Aquellas dos mujeres comentaban la tristeza de Doña Marta, la
madre de Ángel. Pudo conocer que su hijo se encontraba enfermo desde hacía
meses y que su mal era un misterio para los médicos, pues estos, no habían
conseguido curarle, y mucho temían que fuese a morir.
Nada más conocer aquellos detalles, no pudo evitar entrometerse
en la conversación.
-Señoras perdonadme. Sin querer he
podido oír lo que decían acerca de un niño enfermo, y me gustaría hacerle una
visita. ¿Podrían decirme dónde vive?
Ambas señoras se sorprendieron y mirándole de la cabeza a los
pies, sintieron desconfianza, sin embargo. Cuando sus tiradas se cruzaron,
aquellos ojos claros disiparon toda duda.
-Si buen hombre, vive al final de
esta calle.
Y sin demorarlo más, aquel extraño se dirigía ya a cumplir con
su objetivo.
Llamo varias veces a la puerta y fue recibido por una señora de
aspecto triste.
– ¿Es usted la madre del niño
enfermo? -pregunto el misterioso viajero -.
-Sí, pero ¿usted quién es? ¿Cómo lo
sabe?
-No debe alarmarse. Soy Melahel, un
humilde viajero que está de paso y que quiere ayudarle, si me lo permite claro.
-Y, ¿cómo podrá hacerlo? ¿Acaso es
usted medico? -interrogo sin mucha confianza la madre -.
-Una voz en mi interior ha guiado mis
pasos hasta este pueblo. Me decía que tomase estas hierbas medicinales pues
servirían para devolver la salud a alguien, y creo que esa persona es su hijo.
Aquellas palabras tuvieron un don milagroso, pues le había
devuelto una chispa de esperanza, y no sería tan solo eso, pues aquellas
hierbas curaron definitivamente a su hijo. La dicha sería completa.
Desde aquel día todos recordarían al extraño viajero, del que
aprendieron las propiedades curativas de las plantas y sus maravillosos
efectos.
Fin.