Atributo: Dios de los cielos.
Planeta: Mercurio.
Coro Angélico: Arcángeles.
Sefiráh: Hod.
Horario de regencia: de 17:40 a 18 horas.
Días
de regencia: 27 de febrero, 11 de mayo, 22 de julio, 5 de octubre, 16 de
diciembre
¿Para qué se le invoca?
·
Ayudarnos a conseguir de Dios una vida larga.
·
Protegernos contra peligros y accidentes.
·
Tener estabilidad en el empleo y la conservación de los medios
de subsistencia correctos.
Los nacidos bajo su regencia
El que nace bajo su influencia será celebre por todo lo que
escriba y por su elocuencia. Tendrá gran reputación, se distinguirán por sus
méritos y virtudes, obteniendo confianza para ocupar cargos importantes tanto
en el gobierno como en empresas. Estará destinado para asumir puestos de
comando debido a su amplia visión para entender las cosas y prevenir todo mal.
Será la propia personificación del bien, del orden, de la justicia y la
corrección. Con fuerte personalidad será un canal para los ángeles en la
tierra. Dominará el campo espiritual y el metafísico. Estará dotado de
facultades que le permitirán transformar en realidad cualquier cosa. Defenderá
con entusiasmo el bien contra el mal y será discreto haciendo juicios y
ofreciendo orientación espiritual. Será diferente desde pequeño destacándose
por su belleza, gracia en el andar, vestir y hablar. Su alma es resplandeciente
y su regencia es de belleza y sociedad.
Cita bíblica
El Señor ha
establecido su trono en el cielo;
su reinado domina
sobre todos.
Salmo 103:19
Nithael: “la derrota
de los usurpadores”
Tras la muerte del Gran Soberano Axis, el reino de Netzaliah
quedo sin sucesor, pues su hijo Nithael único y legítimo heredero a la corona
no había alcanzado aún la mayoría de edad para gobernar.
Aquella situación dejo el trono sin gobernante y eran muchos los
que ambicionaban ocuparlo. Entre estos se encontraban sus tres primos, que
siempre habían deseado el poder y que como buitres festejaban la muerte de su
tío el Soberano Axis, pues pronto, muy pronto esperaban devorar la “pieza” que
su amadísimo tío les había ofrecido en bandeja.
Lu, Ci y Fer, ni tan siquiera conocieron al monarca Axis y menos
aún a su primo Nithael. Habían vivido durante todo ese tiempo en las tierras
pantanosas donde las fuerzas del mal se daban cita para protegerse de la luz,
su mortal enemigo.
Los tres hermanos competían para ser el más malo, y en esos
momentos estaban de nuevo apostando.
-Os demostrare que yo soy mucho más malo que vosotros -dijo Lu a
sus hermanos -.
-Te equivocas Lu, pues seré yo quien os demuestre que aún no ha
nacido quien sea más malo que yo -le respondió Ci -.
-Ambos estáis en un grave error, vuestra maldad comparada con la
mía es cosa de risa. Yo os demostrare quien es el más malo -añadió Fer -.
De este modo los tres diabólicos hermanos comenzaron a fraguar
un maléfico plan. Habían decidido hacerse con el trono de Netzaliah y para
conseguirlo debían hacer desaparecer al legítimo heredero, al joven Nithael.
Con ese propósito los tres traidores solicitaron ser recibido
por su primo, pues deseaban hacerle llegar su más respetuoso pésame. Nithael
tras consultar con sus Consejeros, accedió a recibirlos.
Lu, Ci y Fer, que dominaban el arte de embaucar y engañar
representaron un magnifico papel que conmovió el corazón del príncipe. Viendo
el dolor que les afligía, Nithael les pidió que se quedasen unos días en
palacio haciéndole compañía.
El plan se estaba cumpliendo como ellos tenían pensado, y ahora
tendrían la oportunidad de ganar la confianza del ingenuo de su primo, y eso
era lo único que esperaban para poder culminarlo.
Dos días fueron suficientes para que Nithael cayera en la
trampa. Acababa de quedar con sus primos para salir de casería al bosque. Le
hizo tanta ilusión que no pensó en el peligro que le acechaba.
Lu, Ci y Fer, aprovecharon ese momento para deshacerse de él. Un
golpe seco en la cabeza le hizo rodar por el suelo. No fijándose de que
estuviese muerto, aquellos tres asesinos lo tiraron por un abismo. Así
quedaron tranquilos.
Cuando volvieron contaron a todos el terrible accidente sufrido
por su primo y todos les creyeron. Tan solo faltaba guardar un tiempo prudente
de luto y el trono sería suyo.
Pero el destino es muy sabio y aquello que aparece inscrito en
el no podrá arrebatárnoslo tan sencillamente nadie, y eso fue lo que le ocurrió
a los tres malhechores. Aquel trono no les pertenecía, pues no estaba escrito
así en las Estrellas.
Sin embargo Nithael si era el elegido y tras pasar tres largos
años mendigando por reinos desconocidos, cierto día, un gran sabio le revelo su
destino.
Nithael que era ya mayor de edad, volvió a Netzaliah y
reclamo su derecho real. El pueblo ante aquella evidencia le respaldo y
decidieron echar del reino a los tres hermanos que llevaban ya tres años
discutiendo quien era el más malo.
En Netzaliah no tendrían más la oportunidad de demostrarlo.
Fin.