Atributo: Dios esperanza de todos.
Planeta: Júpiter.
Coro Angélico: Dominaciones.
Sefiráh: Jesed.
Horario de regencia: de 12:20 a 12: 40 horas.
Días
de regencia: 12 de febrero, 25 de abril, 6 de julio, 19 de septiembre, 30 de
noviembre
¿Para qué se le invoca?
·
Protegernos contra las armas de fuego.
·
Descubrir la verdad y proteger las obras espirituales.
Los nacidos bajo su regencia
El que nace bajo su regencia servirá a Dios a través de su gran
inteligencia y conciencia adquirida a través de estudios, principalmente como
autodidacta. Su sabiduría será utilizada por Dios para la unificación de las
religiones, formando una religión universalista. Resolverá problemas de todas
las personas utilizando su prodigiosa intuición. Defenderá acaloradamente las
libertades individuales y luchará con el preconcepto. Tendrá gran facilidad en
aceptar muchas cosas que para otros resultan sorprendentes o incomprensibles.
Se sentirá atraído por personas excéntricas pero detestará la posesividad. No
le gusta nada precipitado como tampoco cambiar planes preestablecidos. Luchará
con las personas que cultiven la baja mafia y defenderá lo divino con la
más poderosa de las armas: la verdad. Su misión en la tierra es elevar al ser
humano.
Cita bíblica
Ya que has puesto al Señor por tu refugio,
al Altísimo por tu protección,
Salmo 9:9
Haamiah: “el fuego de
la eterna verdad”
El reino de Marve había caído en desgracia. Su rey ya no podía
gobernar con sabiduría, pues la Llave Sagrada custodiada por los Doce Ancianos
había desaparecido misteriosamente dejando desamparados a todos cuantos
habitaban y dependían de aquel Poder.
Desde ese día tan desafortunado, la Luz que les guiaba se
difundió de tal forma, que quedaron presos de la oscuridad, y aquello solo
podía significar una sola cosa, la perversión.
Amparados por el poder de las tinieblas, las criaturas de las
sombras surgieron de los abismos infernales y quisieron gobernar aquel
desdichado reino.
La batalla era enérgica pero desigual, ya que los soldados de la
oscuridad formaban legiones y eran hábiles guerreros expertos en matar.
El rey Blumir se sentía impotente ante tal situación. Sus
hombres aunque eran valientes, estaban en desventaja ante aquel ejército de
asesinos. Ho sabía qué hacer, sus consejeros no encontraban la Llave del Poder,
pero aún quedaba una solución. Era prácticamente imposible conseguirlo, pero
debían intentarlo, y con este propósito se reunieron con el rey.
-Rey Blumir debemos actuar -comunicó uno de los ancianos -.
Existe una posibilidad de poner fin a la invasión de las Sombras, pero sabed
que la empresa es peligrosa, muy peligrosa.
-No importa lo grave que sea el peligro. Escoged al hombre más
valiente e instruirle en su cometido -dijo el rey -.
-Sabed Majestad que no ha de ser el hombre más valiente, sino el
más puro -dijo el anciano -, y ese hombre es vuestro hijo.
El rostro del rey Blumir se transfiguro, pero sabía que no debía
dejarse llevar por los sentimientos y asintió ante aquella petición.
El hijo del rey Blumir, el Príncipe Virtud, fue informado con
todos los detalles de los peligros de la misión.
Debía encontrar el Fuego de la Eterna Verdad, y para ello debía
encontrarse con el Oráculo Haamiah. Si conseguía responder a sus enigmas,
habría conseguido su propósito, pero si no lo conseguía debía pagar precio con
su vida.
Al cabo de tres días de marcha, Virtud llego al templo donde se
encontraría con Haamiah.
-Pasa muchacho, te estaba esperando -le invito una voz desde el
interior -. No debes perder más tiempo pues tu pueblo agoniza en manos de las
Sombras.
Apenas había salido de su asombro el joven Virtud, cuando ya le
estaba planteando la primera y única pregunta.
-A través de mi los misterios se revelan a la inteligencia y los
hombres pueden contemplar la Magia de la Creación. ¿Para descubrir mis
secretos, hacia donde has de volver tu faz, al Norte, al Sur, al Este o al
Oeste?
Virtud quedo pensativo. Reflexiono cuidadosamente y busco en su
interior una respuesta, y tras esa meditación contesto:
-Hacia el Este sabio Oráculo. La Luz de la Vida nace todos los
días por ese punto y en el todo tiene su principio y no su fin, es la Eterna
transmutación.
-La sabiduría habla por tu boca muchacho. Recibe el Fuego de la
Eterna Verdad y ve presto a tu reino, pues ante este Poder nada podrá el mal.
Así fue, como el reino de Marve venció a las tinieblas, y desde
entonces todos los días de su vida dirigirían su faz hacia el Este, donde cada
mañana el Sol despuntaba levantando el Castillo de la Verdad.
Fin.