Coro:
Serafines, Ángeles al servicio de Kether-Voluntad. Ángel
Lo
que otorga:
·
Evitar las crisis de una
empresa y tener éxito en la profesión.
·
Protege en los viajes.
Evitar los accidentes.
·
Tranquilidad de espíritu
para las personas atormentadas.
·
El conocimiento de los
traidores.
·
Evitar contratiempos y obstáculos
en las empresas.
Lección: Utilizar
el poder social adecuadamente. Dominar la naturaleza ambiciosa.
Nombre
en latín: Deus Absconditus
Significado:
El Dios escondido
Planeta:
Neptuno.
Sefiráh:
Keter.
Horario
de regencia: de 1 a 1:20 horas.
Días
de regencia: 9 de enero, 23 de marzo, 4 de junio, 16 de agosto, 28 de octubre.
¿Para qué se le invoca?
·
Aquietar el espíritu
atormentado ante las adversidades.
·
Reconsiderar nuestros actos.
·
Protección en los viajes.
·
Ayudarnos a conocer a los
traidores.
·
Ayudarlos a descubrir la
profesión.
·
Que nos ilumine para no
continuar en los errores.
Cita bíblica
En
la muerte nadie te recuerda;
en
el *sepulcro, ¿quién te alabará?
Salmo
6:5
Los nacidos bajo su regencia
Tiene certeza sobre su
potencialidad divina y desde joven va a descubrir sus dones. Le encanta abrir
la mente a las personas con ideas y propuestas nuevas. A veces queda un poco
triste porque las personas a quienes quiere bien abusan de su buena suerte. En
su interior siente una fuertes propensión a ayudar a las personas,
primordialmente los más necesitados, pudiendo muchas veces excusarse por no dar
algo material, pero nunca rehusará un pedido que impliquen un trabajo de parte
de sí. Tiene fuerte potencialidad en las manos para curar y está siempre
trabajando en varios proyectos al mismo tiempo. Está dotado de un fuerte
carisma y se mueve realmente mucho por la intuición. Tiene fuertes
presentimiento cuando algo va a ocurrir. De su inconsciente surgen las
explicaciones para los problemas que pasa en esta vida, sin necesidad de buscar
a alguien para qué los ayude. Descubrir adentro de las filosofías fundamentales
su estilo de vida. Sería interesante que conozca su árbol genealógico porque
podría tal vez encontrar un pariente distante cuyos hechos estuvieron
registrados históricamente, que podrían ser similares a los personales. Tiene
predisposición para rehacer su vida conociendo las sociedades primitivas, pues
probablemente gusta la de la antropología y la arqueología.
Elemiah: “Un alto precio”
Lo
que aquí escribo, no dudéis que es verdad. Si, toda la verdad que narra lo
ocurrido a un hombre que ya desde muy niño soñaba con hacerse rico y poderoso,
y que lo consiguió. Sin embargo, el precio que tuvo que pagar por ello fue muy
alto. Pero sigue leyendo y quizás al final estés de acuerdo conmigo.
Su carrera profesional había
sido la más rápida en toda la historia de la empresa. En menos de cinco años había
ascendido de aprendiz a director general. Costaba trabajo creerlo, pero así era.
Sin duda, el joven Elemiah tenía
mucho talento. Si, debía ser eso, pero no todos pensaban así. La verdad era que
Elemiah tenía un instinto especial para los negocios. Lo llevaba inscrito en su
sangre.
Cuando sus compañeros del
barrio se entretenían jugando en las calles, él se codeaba con los más astutos empresarios.
En efecto, nadie podía decir que el muchacho no se mereciera ese puesto.
Pero no todo era talento en él,
y no fue precisamente su habilidad la que le hizo llegar tan alto. Sus jefes
descubrieron pronto en el su don natural para dirigir a los demás y le pusieron
a prueba.
Ya había conseguido su
primer objetivo, había dejado de ser aprendiz y se había convertido en el nuevo
jefe de equipo. Ahora tenía una importante responsabilidad y debía agradecer a
sus jefes aquel merecimiento.
Elemiah saboreo por primera
vez el dulzor del poder y le gusto. Ya lo creo que le gusto. Pero no todos
compartieron ese mismo placer. Sus compañeros de trabajo, los mismos que días
antes le habían confiado todo cuanto sabían para que el pudiese aprender, se sentían
ahora humillados. La desmesurada ambición de Elemiah, le hizo olvidar muy
pronto su condición humilde. Se había convertido en un ser intolerable cuyo único
propósito era conseguir el reconocimiento de sus jefes, sin importarle pisar a
sus antiguos amigos si fuese necesario.
Aquella celosa atención en
su trabajo le llevo a ascender de nuevo y la historia se repetía una y otra
vez. A su paso iba dejando un reguero de amistades que un día fueron, pero que
debido a su afán egoísta de poder, murieron.
Poco a poco se fue quedando
solo, pero eso no le importaba, vivía exclusivamente para la empresa, y ello le
hacía feliz. Elemiah se sentía enormemente poderoso, el mundo se rendía a sus
pies. ¿Qué más podía pedir a la vida? Era rico y gozaba de salud. ¿Le quedaba
algo por conseguir? Si lo hubiese, él quería saberlo para comprarlo.
Si, para él, el precio dejo
de preocuparle, por muy alto que este fuese, lo pagaría. ¿Acaso no hizo eso con
las miles de hectáreas de bosque que había mandado devastar? ¿Acaso no había
dado la orden de fabricar armas para la guerra, cuando una parte del mundo moría
de hambre? ¿Acaso no había comprado 100 kilómetros de playa para evacuar los
desperdicios de sus fábricas? ¿Qué más podría comprar? Era el amo del mundo.
Pero cierto día, cuando
todos celebraban con alegría la hermosa fiesta de la navidad, Elemiah se vio poseído
por una profunda tristeza. ¡Dios!, que solo se encontraba. Hasta aquella noche
tan especial no se había dado cuenta de ello. Había estado tan ocupado por su
codicia y por su vanidad, que había construido un infranqueable muro entre él y
los demás.
Una voz interior le dijo:
– Desde aquí te llamo, desde
aquí te tiendo mi mano…
Desde aquel día, Elemiah
olvido sus empresas, sus negocios y dirigió sus pasos en busca de un nuevo
soplo, el soplo de lo humano.
Muchos agradecieron aquel
cambio, pues aquel ambicioso ser se había convertido en un desinteresado filántropo.
Bueno, ya sabéis cual es el
elevado precio que Elemiah tuvo que pagar por su codicia. ¿Qué opináis?
Fin.