Atributo: Dios digno de admiración.
Planeta: Júpiter.
Coro Angélico: Dominaciones.
Sefiráh: Jesed.
Horario de regencia: 11: 40 a 12 horas.
Días
de regencia: 10 de febrero, 23 de abril, 4 de julio, 17 de septiembre, 28 de
noviembre
¿Para qué se le invoca?
·
Mantenerse en los empleos.
·
Conservar lo que se tiene.
·
Encontrar objetos perdidos.
·
Protegernos contra calumnias y maldiciones.
·
Para tener noticias sobre personas distantes.
Los nacidos bajo su regencia
Aspecto evolucionado: Tendrá mucha fuerza de voluntad. Será
sagaz con confianza sobre sí mismo y directo en la manera de hablar. Excelente
amigo y compañero, amante apasionado pero se ofende con cierta facilidad y
critica inmediatamente algo que no le gusta. Actúa con discreción y astucia,
asume responsabilidades con dedicación y seriedad. Perfeccionista dedicado al
trabajo, espera la misma postura de las personas con quien trabaja. Los
negocios personales alcanzarán siempre los objetivos propuestos. Con su
personalidad y carisma será bien recibido en su medio de trabajo. Optimista,
independiente, activo y avanzado considera la honestidad y la verdad aspectos
de mucha importancia en la vida. Está en desacuerdo con algunos puntos de su
religión, sobre todo por su falta de practicidad. Será llamado profeta por su
visión profunda de las cosas, principalmente en el aspecto social. A pesar de
saber que cuenta con la fuerza de su Ángel, equivocadamente sólo pedirá auxilio
cuando se le agoten otros recursos.
Cita bíblica
Señor, yo amo la casa
donde vives,
el lugar donde reside
tu gloria.
Salmo 26:8
Menadel: “una vil
calumnia”
Esta es la historia de dos niños muy diferentes el uno del otro,
pero, a los que el destino caprichosamente o no, unió. Pero veamos como
ocurrió:
Acababa de dar comienzo el curso y los alumnos como era
costumbre en aquellos primeros días, se iban conociendo, pues muchos eran
nuevos en el colegio.
Así fue, como se encontraron por primera vez Brusco y Fidel.
Ambos habían coincidido en el mismo pupitre, por lo que serían compañeros a lo
largo de todo el año. Pero no sería esa la única cosa que compartirían en
común, ya que ambos aspiraban a formar parte del equipo de atletismo de la
escuela, y los dos pretendían ser el mejor.
Bueno, aquello presentaba un pequeño problema, y ellos lo
sabían. Para poder formar parte del equipo de atletismo de la escuela debían
ganar el puesto, ser muy buenos estudiantes en clase y aprobar todas las
asignaturas, pues tan solo uno sería el elegido por clase.
Aquel requisito siempre había creado una limpia competencia que
estimulaba a los estudiantes a sacar buenas notas, pero en aquella ocasión la
competencia no conseguiría su objetivo, pues lo que debió ser una relación
amistosa entre compañeros, se convirtió en una sucia rivalidad.
Brusco no tenía escrúpulos y estaba dispuesto y decidido a
utilizar cualquier artimaña para conseguir ser elegido para el equipo, y esto,
lo demostraría muy pronto.
Acababan de hacer público los profesores un comunicado donde se
recogían los días de exámenes.
Aquella era la oportunidad que Brusco estaba esperando. Él era
un experto en el arte de copiar con chuletas en los exámenes, y ahora, tendría
la ocasión de demostrarlo. Pero no se contentaría con eso, puesto que debía
eliminar a su competidor, a Fidel.
Durante toda una tarde estuvo pensando cómo podría acabar con su
rival. Maquinaba uno y otro plan hasta que al final concibió una acción
maliciosa.
Llego el día del primer examen. Brusco no había estudiado lo más
mínimo, confiaba en su habilidad para copiar, y así lo hizo. Le resulto tan
fácil que se animó para seguir haciéndolo en los días siguientes. Mientras
tanto, su plan estaba fraguándose.
Llego el segundo día de examen y ese era el elegido por Brusco
para llevar a cabo su mala idea.
Cuando el profesor se acercó a su pupitre, Brusco dejo caer un
papel con apuntes a los pies de Fidel el cual no se dio cuenta de ello, pero el
que si lo haría fue el profesor, que al leer su contenido se dirigió al
inocente Fidel recriminando su acción.
-No me esperaba esto de ti Fidel. Quedas expulsado del examen
-dijo enfadado el profesor -.
Fidel vio inútil defenderse, pues la rabia del profesor no daba
lugar a discusiones.
Mientras tanto Brusco aprovecho aquella oportunidad para
asegurarse de que su compañero sería castigado, y para asegurarse de ello, le
acuso al profesor.
-Le advertí Señor Menadel -así se llamaba el profesor -, pero no
me hizo caso.
Sin embargo, Menadel creía conocer a sus alumnos, y fue ello lo
que le llevo a decir:
-Se anula el examen escrito. Lo haremos oral.
Ninguno de sus alumnos se quejó, pues todos habían estudiado,
excepto Brusco, que no pudo evitar exclamar:
-Pero Señor profesor eso es injusto.
Aquello le delato, y cuando llego su turno, no supo contestar
ninguna de las preguntas. El mismo, fue la causa de que no pudiera ser elegido
para el equipo, en cambio Fidel si lo consiguió.